Un gran espectáculo divertido y emotivo.
Después de los relativos fracasos de público y taquilla que supusieron para Bryan Singer sus relecturas en forma de películas de los personajes de Superman y Jack el Cazagigantes el polémico director estadounidense (acusado de pedofilia hace tan sólo unas fechas) nos brinda un auténtico espectáculo audiovisual en esta nueva entrega (hasta la fecha se han rodado la friolera de una trilogía, dos precuelas y dos secuelas) de la saga de los X-Men, un grupo de superhéroes del Universo Marvel Comics creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1963.
En esta ocasión la trama se centra en la lucha por la supervivencia de la especie mutante a través de dos periodos temporales diferentes, aunque los protagonistas van a ser los mismos personajes uniendo sus fuerzas a las que ellos mismos poseían en el pasado, concretamente en los años setenta (tal y como aparecen en X-Men: primera generación) para intentar cambiar un importante acontecimiento histórico y de paso librarnos de una batalla épica que podría acabar con la humanidad. Aunque la trama pueda parecer un poco enrevesada el guión está lo suficientemente bien escrito para que no perdamos el hilo en ningún instante. Es más, la fuerza de los diálogos y las sentencias de los protagonistas cuando se hallan en situación límite son dignas de consideración, salpicadas de unas escenas de acción que quitan el hipo e incluso de un humor matizado y lleno de guiños que entusiasmarán a los amantes de estos cómics.
El elenco actoral es de campanillas. Tal y como ocurre en Los Vengadores, otra saga Marvel que arrasa en cada nueva producción, la gracia del asunto consiste en disfrazar a mega estrellas hollywoodienses de héroes al uso y disfrute de la entregada platea y ponerlos al servicio de los efectos especiales más desopilantes y las piruetas más escalofriantes. Apunten: Michael Fassbender (Magneto joven); Jennifer Lawrence (Mística); Hugh Jackman (Lobezno); Patrick Stewart (Charles Xavier); James McAvoy (Charles Xavier joven); Halle Berry (Tormenta); Ian McKellen (Magneto); Anna Paquin (Rogue); Ellen Page (Kitty); Fan Bingbing (Blink)…y así podríamos seguir añadiendo rostros conocidos a un plantel impresionante. ¡Y para colmo están todos estupendos en sus respectivos roles!.
Bryan Singer acierta de pleno al dar un tratamiento muy realista a los temas subyacentes en los relatos. Los personajes son imperfectos en una medida que permite a los espectadores identificarse con ellos, y es en ese anclaje a lo verídico donde radica el éxito de una propuesta madura para tratarse de la traslación a cine de un cómic. Todos los demás elementos de un acontecimiento cinematográfico como éste están presentes (acción, comedia, efectos visuales), pero el conflicto y la lucha por su supervivencia y la de la raza humana es lo que les mantiene unidos. Viajes en el tiempo, coreografías de batallas que te dejan boquiabierto y que suceden en escenarios reales, y alguna que otra sorpresa que aquí no desvelaremos hacen de esta X-Men: días del futuro pasado uno de los estrenos más impactantes de lo que llevamos de 2014.
Lo mejor: Michael Fassbender interpretando a un joven Magneto se come la pantalla.
Lo peor: Varias partes de la historia quedan bastante desnutridas.
