Un respetable remake que logra estremecer y entretener al mismo tiempo

Es muy difícil ser fanático del cine de terror y gore sin haber visto ‘Evil Dead’ junto con las dos películas que le siguieron, las cuales mantienen el estatus de película de culto, una muy importante e influyente dentro de este género, tal como es reconocido en la reciente ‘The Cabin in the Woods’. Demonios, sangre y un extraño humor son las características de esta franquicia, la cual después de 32 años se recarga para ofrecer una versión actualizada que viene de la mano de Sam Raimi y Bruce Campbell, director y protagonista de las originales, quienes esta vez se desempeñan como productores, una de las razones que dieron un poco de esperanza a los fanáticos después del anuncio de este remake.

Con una campaña cuya premisa es “La película más terrorífica que experimentarás” definitivamente se pusieron muy altas las expectativas, por lo que para arrancar se lo hace con un ilustrativo prólogo en el cual se deja marcado el rumbo que tomará esta historia, la misma que como no podía ser de otra manera lleva a unos jóvenes hacia una cabaña abandonada. Estas cinco víctimas arriban a este alejado lugar con la intención de ayudar a una de ellas a empezar un duro proceso de desintoxicación, pero el hallazgo del Libro de los Muertos abrirá una puerta que desatará horrores inimaginables.

Desde un inicio el guión escrito por el uruguayo Fede Alvarez, también el director, Diablo Cody y Rodo Sayagues Méndez, busca ofrecer un poco más de antecedentes sobre como el libro y los jóvenes llegan a esta cabaña, y de manera ingeniosa incluyen un motivo para no salir de este lugar, razón por la cual una vez terminadas las respectivas introducciones se empieza a desatar un verdadero festival de torturas a las que son sometidas estas almas, en donde las mutilaciones, perforaciones y litros de sangre están a la orden del día. Todo esto sin mucho uso de efectos digitales lo que garantiza un mayor impacto en estas escenas.

Existen escenas con claras referencias al material original pero es notorio que no tratan de replicar algo ya hecho, sino que están listos para ofrecer algo más, por lo que los seguidores de la franquicia podrán encontrarse con inesperados e intrigantes giros, ya que no solo se trata de una versión con mejores efectos, sino que se esfuerzan por reinterpretar el terror para un nuevo público con el fin de que experimenten lo sentido por las audiencias que vivieron estas posesiones en la década de los ochenta, época en la cual Bruce Campbell se elevó como un icono irremplazable de esta saga.

Siendo una de las grandes preguntas el como se reemplazaría a este actor, es realmente respetable el hecho de que Alvarez, a pesar de contar con la presencia del personaje de Ash interpretado por Shiloh Fernandez, realmente nunca busca que este tome su lugar, sino que se las arregla para que el peso de este sea repartido entre el resto del elenco conformado también por Jane Levy, Jessica Lucas, Elizabeth Blackmore y Lou Taylor Pucci, jóvenes actores que cumplen con lo que sus roles exigen, es decir, someterse a una serie de torturas haciendo creible todo su miedo y dolor, sufrimiento suficiente para tener a muchos retorciéndose en sus asientos con desgarradores primeros planos, algo muy literal en ciertas escenas.

Toda la violencia gráfica no es del todo gratuita, tiene su razón dentro de esta larga noche, después de todo es un demonio desatando toda su ira sobre sus víctimas, la cuales reflejan el terror en sus ojos, algo que le faltó un poco más en la mezcla, ya que perturba mucho más de lo que asusta, pero aún así estremece, y en muy breves momentos logra sacar unas cuantas risas con el personaje de Pucci, pero nunca se llega al absurdo que inmortalizó Raimi. Aquí le apostaron por algo más serio, y Alvarez sabe en todo momento como mantener este tono reforzándolo con un intenso ritmo que nunca da un descanso.

La última parte de esta película es donde más se siente la visión del director y su esfuerzo por hacer algo diferente, siempre manteniendo la escencia original, pero moviendo las piezas de manera diferente lo que le permite aumentar las revoluciones una vez más, y como si no fuera poco le agregan unos galones más de sangre, a este ya sangriento espectáculo el cual es puro entretenimiento para los fanáticos del terror, grupo en el cual me incluyo, ya que al ver ‘The Evil Dead’ siendo un niño, esta película se transformó en un estándar dentro del género.

El resultado final es uno de esos casos en los que se puede decir que, sin haberle quitado el lugar ganado a la película original, este termina siendo un respetable remake que cumple con todo lo que ofreció desde un inicio al ser una brutal experiencia que fácilmente puede quebrar a quienes no están acostumbrados a un terror tan explícito, algo que queda comprobado al ver salir de la sala a algunas angustiadas personas.

4,5/5