Es precisamente la parte del pueblo la que se grabó en el Teatro Sucre. En su análisis, García pensó que la música en la zona fuera de la ciudad debía ser un poco pueblerina, “aunque no lo es tanto”, con muchos instrumentos de viento. Y darle un color diferente con el uso de instrumentos como la tuba. “Y así, el humor negro que existe en el filme tenga un sonido que vaya con lo que se cuenta”.
Pero antes de que les lleguen las partituras a los músicos de la Banda Sinfónica Metropolitana García desarrolló unos bocetos. Estos los discutió con los directores de la película y así decidieron dónde se pondría la música. Luego de que llegaron a un consenso, las partituras las elaboró el compositor y se iniciaron los ensayos para que los músicos estén listos para la grabación.
Luego de las grabaciones de estos dos últimos días vendrá el registro de la música de la primera parte de la película. Este sonido, según García, será más urbano con el uso de guitarras y otros instrumentos, eso se lo hará en un estudio de grabación.
El filme aún no tiene fecha de estreno confirmado, pero se espera que esté terminado en todos sus procesos para el próximo enero. Mientras tanto, se desarrollan los procesos de posproducción.
En meses pasados empezamos a hablar de esta película y es muy bueno saber que la producción sigue adelante, y lo que es mejor aún que estos procesos como lo son el de creación de banda sonora esté tomando mucha más importancia en medio del proceso de hacer cine.
Si quieren conocer más de la sinopsis de esta película y su trailer pueden hacerlo desde aquí.
Via | El Comercio