La primera mitad del siglo XX fue testigo del nacimiento de los superhéroes en las comics y series de televisión realmente se podría decir que su primer paso firme dentro del mundo del cine fue en 1978 cuando DC Comics encargó a Richard Donner hacer volar a ‘Superman’. Esto marcó el inicio de un desfile de personajes que siguen llenando las salas de cine, pero realmente ha sido Marvel quien ha sujetado firmemente las riendas de este subgénero cinematográfico durante la última década, tendiendo como único éxito de DC Comics la reinvención de Batman.

Tratando de construir su propio universo ahora DC y Warner Bros. se han unido para dar vida a otros miembros de su Liga de la Justicia, razón por la cual ‘Green Lantern’ tiene ahora su oportunidad de entrar a la acción. Es así como se llega a conocer a Hal Jordan, audaz piloto de pruebas, quien es reclutado por el Cuerpo de Linternas Verdes, un escuadrón intergaláctico de héroes cuya misión es proteger el universo de cualquier amenaza, y en cuyas filas nunca ha estado un humano. Jordan deberá aprender a utilizar sus nuevos poderes y encontrar el valor suficiente para enfrentar a un poderoso enemigo que amenaza con destruir la Tierra.

La complicada tarea de dirigir esta adaptación cayó en manos de Martin Campbell, responsable de ‘GoldenEye’, ‘The Mask of Zorro’ y ‘Casino Royale’, quien de manera general logra un manejo decente del ritmo de la historia, pero no alcanza la energía suficiente que esta requiere para terminar de despegar gracias a una serie de problemas, donde el más notorio resulta su flojo guión en el cual trabajaron tres escritores que no se arriesgaron a llevar la historia hacia el siguiente nivel, hacerla evolucionar acorde al estándar que maneja actualmente el subgénero, y lo que es más importante aún, ajustarla para una nueva audiencia, que como es mi caso, no necesariamente está familiarizada con esta mitología, cuyas cortas explicaciones son tan constantes que su presencia deja de sentirse como parte natural de esta desordenada historia.

A simple vista se puede ver como ‘Green Lantern’ falló en donde Marvel logró salir victorioso con sus dos últimos superhéroes. En primer lugar al igual que en ‘Thor’ aquí hay se maneja un origen que obliga a trasladarse hacia otros mundos, en este caso el Planeta Oah, el cual por más deslumbrante que resulta no termina de funcionar junto con el mundo real, no solo en los anticlimáticos saltos entre universos, sino que en el momento en que este héroe utiliza el poder del anillo realmente este nunca se despega del tono caricaturesco que se siente mientras vemos pistas de carreras y puños gigantes salvando el día. Es en este aspecto donde se debieron tomar algunas libertades para aterrizar mejor esta habilidad que no necesariamente se traduce muy bien al cine.

En segundo lugar tenemos al protagonista. En ‘Captain America: The First Avenger’ lograron que Evans sea el personaje abandonando todo rastro de lo que hizo antes en su carrera. Con Ryan Reynolds sucede lo contrario, ya que a pesar de su característico carisma y talento, su personalidad no deja verlo como Hal Jordan / Linterna Verde sino que parece como si a cualquier personaje de sus usuales comedias le hubieran puesto un traje para que combata el mal después de uno de los más rápidos entrenamientos en los últimos años. No es una mala actuación, simplemente no es la interpretación del superhéroe para la que nació, por así decirlo. Ocurre todo lo contrario con Mark Strong como Sinestro, quien a pesar de su poco tiempo en pantalla consigue llenar la pantalla con su poderosa presencia, a diferencia de Blake Lively quien termina siendo el usual adorno, mientras que por otro lado se puede ver a un desperdiciado Peter Sarsgaard, cuya encarnación de Hector Hammond merecía un poco más de atención en medio de todos los apresurados acontecimientos que se desarrollan.

Dentro de todo es de admirar el buen trabajo realizado con los efectos visuales ya que hay escenas impresionantes en el Planeta Oah y hasta termina convenciendo la peculiar decisión del traje que utilizan estos guardianes, pero 105 minutos resulta muy poco tiempo para profundizar en lo que a simple vista se ve como una saga con un interesante potencial, cuyo problema no tiene que ver con aburrimiento, sino con la estructura de su guión el cual falló en la misión de ganar nuevos seguidores. A pesar de esto hay que reconocer que aún hay espacio en el cine para este superhéroe cuya siguiente aparición debe ser mejor pensada ya que tal como lo revela la inquietante escena después de los créditos, lo mejor aún puede estar por venir.

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