Cinerama.ec

Recibi un mail de Carlos Fidel Intriago, promotor cultural del OchoyMedio y Maac Cine en Manta, pidiéndome que colaborara con un artículo para la revista “Fotograma” a ser publicada en el mes de noviembre.  Se los pongo a continuación una vez que ya ha sido aprobado por Carlos y esperando con ansias la publicación de la revista.  De lo general a lo específico el artículo habla del cine nacional, tema específico los cortometrajes.“Del sufrimiento al éxito: Un artículo desordenado sobre los cortometrajes, el talento, la capacidad, las ganas y el ánimo de dar el paso antes del primer paso”.

Conjuguemos el verbo sufrir: yo sufro, yo sufro, yo sufro.  El mensaje es claro, en el mundo uno siempre sufre un poco más que los demás.  Es que peor que uno no se puede estar, hasta que, claro, uno logra abrir los ojos ante una realidad peor: los pobres siguen siendo pobres, los cachudos siguen siendo cachudos, los violados, los miserables, los desgraciados siguen sin sonreir,  y cuando al fin uno logra darse cuenta de eso, parecería que el mundo se pone un poco mejor.  Al fin de cuentas, hay que dar gracias de que uno no esté tan mal como ese infeliz de la película.

El cine ecuatoriano ha sabido desarrollar esa infelicidad en su pantalla, y lo ha hecho con éxito, desde Camilo Luzuriaga y su apasionante traición en La Tigra hasta el renombrado Sebastián Cordero y su cruda realidad en Ratas, Ratones y Rateros.  Y hasta ahí todo bien, porque da gusto ver que de una u otra forma el cine progresa.  Pero en un país donde el arte cinematográfico tiene aún mucho por evolucionar, entristece saber que de lo poco que se logra todo tenga ese tono amargo con sabor a lágrima con mezcla de sudor.

Dejé de lado al cine, por lo demorado que se ponen esos estrenos nacionales y sin querer encontrarlo, me tope con el cortometraje ecuatoriano.  Un formato que si bien es mucho más pobre en algunos aspectos, es mucho más rico en géneros y perspectivas.  El cortometraje ecuatoriano parecería ser un medio de experimentación por quienes quieren hacer algo pero no tienen lo necesario para el gran paso del largometraje, entonces, deciden que en vez de quedarse de brazos cruzados, van a armar por lo menos una pequeña historia para saciar su sed. 

Hay que ser sinceros, en muchas ocasiones uno se encuentra con buenas ideas pobremente realizadas que terminan en un producto que seguro quedará en el olvido.  La diferencia es que no se ha perdido mucho, seguramente se ha perdido menos en comparación a la experiencia ganada, entonces el siguiente intento será más cautivante.  Pero, entre tantos intentos fallidos, muchas veces uno se encuentra con un intento que bien podría ser insertado en los trailers que se pasan antes de que empiece la película.  Aquí retomo un punto que deje aislado en mi mente, ¿Porqué las grandes cadenas de cine no hacen esto? ¿Es en serio tan poco rentable usar ese tiempo en la difusión de un producto nacional? ¿Resulta de tan poco agrado para la audiencia que ha ido por una película?.

A mi parecer, si fuese al cine a ver una película de terror y me abrieran el acto con un cortometraje nacional que abarcase el mismo género, saldría doblemente feliz de la función viendo no solo dos buenos productos (siendo el plato fuerte el mejor de ellos por supuesto) sino también sintiendo el incentivo de querer desarrollar más al cine nacional.  La cadena es fácil, yo veo un corto, esto me tienta quizás a hacer uno, al darme cuenta que si hay un apoyo para la difusión del mismo entonces procedo a hacerlo, mi corto es puesto en la gran pantalla, la gente lo aplaude o lo abuchea pero lo ve y lo comenta.  Si de todas las funciones una persona más salio con ánimos de aventurarse en hacer otro corto para vencer al mio, el resultado es que en un año tendríamos un sin número de cortometrajes que paso a paso irían mejorando solo por el factor competitividad y el hecho de que ya hay un país que al verlo, puede criticarlo.

Aunque suena genial, probablemente estoy escribiendo una utopía, la misma que se da seguramente por el factor –dinero-.  Una cadena de cine probablemente no ceda tiempo de forma gratuita, porque las salas de cine igual se llenan con cortometrajes o sin ellos.  Entonces, la era moderna ofrece una siguiente solución para quienes luego de deprimirse leyendo mi teoría y mi contra teoría ya se estaban volviendo sufridores (y no queremos regresar a conjugar ese verbo).  El Internet, los blogs, la magia de youtube, es el cine moderno que funciona 24 horas y que no requiere de un mega presupuesto para lograr una gran difusión, solo hay que ofrecer un producto que sea de agrado para todos aquellos que navegan en busca de una perspectiva refrescante audiovisual ecuatoriana.

Habiendo tantas facilidades hoy en día es complicado pensar que muchos nos quedemos estancados en el paso antes del primer paso: es que yo se escribir guiones pero no se como hacerlos realidad.  Es que yo sé como hacerlos realidad pero no me nacen las ideas.  Es que yo soy bueno actuando pero no tengo donde actuar.  ¿No sería ya hora de poner unos clasificados en la red? Escribo guión a cambio de una buena idea.  Realizo corto a cambio de buen guión.  Quiero actuar, estas son mis características, me desarrollo mejor en las comedias.  Pasa que todos soñamos con la fama y nos olvidamos que sin esfuerzo ésta no llega, ¿Y si lo intentamos al revés y primero le ponemos ganas para luego ser famosos?.

He tenido el agrado de publicar cortometrajes nacionales y muchos me sorprenden porque no han llegado más lejos.  He tenido el agrado también de publicar cortometrajes que si han llegado lejos y que están dejando huellas sobre lo que podemos hacer en Ecuador.  Talento hay de sobra, quizás solo nos falta ponernos de acuerdo y salir adelante.  A los pocos que conozco, al niño de la bicicleta de tres ruedas, al señor valdemar, a papadopulos, a judas, a los que han sido escritos y esperan el grito de “acción”, a quienes practican frente al espejo todas las mañanas buscando una oportunidad, a quienes se van a dormir con una idea en la cabeza esperando volverla guión, vamos a hacer las cosas bien y dejarnos de sufrimientos, vamos a darle la vuelta al asunto y a ponerle fecha a ese pequeño gran paso, vamos a hacer cine y lo vamos a hacer bien.

Via/Revista Fotograma (a publicarse en la edición Noviembre)